22 de abril de 2024

El mar

 Este finde de semana he vuelto al mar. He dormido a su lado, con sus sonidos de fondo.

Hoy vuelve a empezar la semana y estoy diferente. Mejor.

En mi cabeza suenan esas olas. Constantemente viene a mi mente el sonido, como si siguiera allí.

Las fotografías mentales del paisaje nocturno me inundan de paz. Como si me diera un vuelco al corazón cada vez que lo recuerdo. El sonido era envolvente y la imagen abrumadora.

El mar me parece inmenso. Me estremece y me emociona porque es colosal, un elemento que tiene la potencia de crear vida y de mantenerla. Su propia naturaleza es especial y me conecta con un formato muy salvaje. 

Creo que por eso a veces lloro cuando lo veo. Porque me encoge, toca mi forma genuina y me hace llorar. Será que echo de menos volver a formar parte de ese elemento. O será que su presencia me limpia y me sana a través de las lágrimas.

Bendito mar. Bendita agua.

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