16 de febrero de 2015

Recuperando primavera.

Dos días hacía que dijo que se marchaba.
El esfuerzo incesante por salvarle resultó inútil.

Solo sé que, durante toda la escena, me encontraba sentada y no intenté salvarlo esta vez.
Justo en el instante en el que marchó por la puerta que daba paso a la entrada de nuestra casa,
mi piel se erizó. Estaba segura de que era la paz que recorría de nuevo mi cuerpo.
Seguí unos minutos sentada, quizás intentando creerme que todo volvía a mi.
Me dirigí al baño, y comencé a llenar la bañera en vista a relajarme en ella.
Mientras tanto me preparaba un té para acompañar el baño.
A continuación puse música… MI música.

Pensaba levemente en la pena que me producía la ausencia de su figura en esta casa, fueron muchos años.
Más pena me producía el recuerdo de todo lo malo que me aportó esa misma figura. Todo el daño.
Con el té ya listo, vuelvo al baño, enciendo unas velas, y echo en la bañera un poco de “baño de burbujas”, algo nuevo que compré y que no tuve ocasión de usarlo.
Una vez preparado todo, y sonando la música, comienzo a desnudarme.
Introduciendo mi pie empiezo a entrar en la bañera y sumerjo mi cuerpo hasta el cuello.
Cierro los ojos. Siento como cada golpe se deshace entre la espuma.
Llevaba años sin primavera… Qué bueno que ya vuelva.



M.

15 de febrero de 2015

Vencida.

Siempre comentaron la belleza que gastaba.
Se perdían entre todos sus lunares.
Detalles que recorrían toda su piel.

Nadie sabía, ni supo, que era todo su corazón,
esparcido y repartido por su cuerpo, de tantos desencantamientos.

...Aún roto, ella siempre llevaba el amor a cuesta.

Lo que se quita.

"Cada vez que mide palabras se pierde en innumerables metros de silencio.
Siempre han sabido interpretarla, pero nunca la cuidaron.

Nunca midieron; y la impregnaron de inmensos vaivenes en su paz.

En kilómetros de silencios la dejaron.
En kilómetros perdida."

M.