Siempre comentaron la belleza que gastaba.
Se perdían entre todos sus lunares.
Detalles que recorrían toda su piel.
Nadie sabía, ni supo, que era todo su corazón,
esparcido y repartido por su cuerpo, de tantos desencantamientos.
...Aún roto, ella siempre llevaba el amor a cuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario