A esta hora de la noche canta el silencio conmigo. Así, en silencio.
Me encuentro envuelta en un remolino al que no le veo el por qué.
Me encuentro exhausta en este camino, y no entiendo por qué.
Soy consciente de mi estado,
soy consciente de mi nudo,
soy consciente de que no lloro.
¿Por qué no lloro?
Cierro los ojos y no veo suelo bajo mis pies, no veo nada.
Estoy flotando y no sé cómo continuar, pero siento que no paro de intentar hacerlo.
Estoy agotada. Estoy cansada. Estoy triste y enfadada.
¿Dónde estoy?
Me encuentro abrazada por mis incertidumbres e inquietudes.
Me siento asustada frente a un futuro que ansío, mayoritariamente buscando la forma más absoluta de paz en la que pueda encontrarme.
Me siento mal conmigo. Estoy muy triste conmigo.
Quiero meterme en mi cama, estar agarrada a mi y quedarme en paz.
Me encuentro envuelta en un remolino al que no le veo el por qué.
Me encuentro exhausta en este camino, y no entiendo por qué.
Y deseo que todo acabe.
Deseo desengancharme la puta careta de fuerte,
deseo dejar los sobre-sobre-esfuerzos.
Deseo estar en paz.
Conmigo, contigo y con la música y el silencio. Rescátame.
M.
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