3 de julio de 2011

Órgiva

Se engreña los pelos y dejando su flequillo libre se recoge el resto del pelo con un lazo estropeado que se anuda en su muñeca. Se remanga los pantalones por encima de sus rodillas. Se sienta en la orilla del rio y coge su flauta, metiendo los pies en el agua fría. Suena simples notas, una melodía que quitaba el frio del agua, que calmaba el viento, que hablaba por nosotros las palabras que siempre quisimos y queremos decir, pero que acabamos enmudeciendo.
Calla su música y separa sus labios del instrumento. Me mira y me dice:
- ¿Por qué me miras así?
- Tu música suena a despreocupación, a felicidad y a angustia. ¿Cómo haces eso?
- Porque es lo que hay en mí. Mira mas de lo que veas…siente lo que te rodea y lo que sientas por dentro deja que fluya de ti por medio de algo que llene a cualquier persona que, aun sin saber que dice aquello que sale de ti, lo entienda, y le enseñe.
Hubo un silencio inmensamente. Volvió a colocar su flauta en sus labios. Cerró los ojos y se volvió a oir su interior, junto al sonido del rio Guadalfeo que mojaba sus pies sabios y conocedores de tierras. Separa nuevamente sus labios de la flauta, la deja en el suelo y cogiendo una navaja, me mira y me dice: “Tus ojos son demasiado bonitos e inocentes para ver y creer la mierda que nos rodea”
Y con su navaja cortó su melena.
- ¿Por qué lo hiciste?
- No puedes permanecer siempre igual ante el mundo. Una vida sin cambios es una vida sin experiencias.
- Parece que llevas en tu cara arrugas de sonrisas pasadas...
- Y me llamo Orgiva.


M.Ekisdé

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