16 de marzo de 2016

Subimos.

Segunda entrada en el blog desde que estoy viviendo en Barcelona.
Primera del año.

Cambio de piso, cambio de actitudes, y cambios en el trabajo.
Actualmente no me muerdo las uñas.
(Finalmente no pude llevar a cabo el plan de comenzar a estudiar en septiembre).

Cuando todo se inició (piso, trabajo y relaciones) consideré al tiempo que el escalón que tenía que subir, para superar esta prueba de mi nueva etapa, era gigantesco. Me preguntaba diaria y continuamente por qué esto era así, por qué me sentía hipercargada de fuerza, confianza y motivación y aún así me cuestionaba una y otra vez mis capacidades y mi forma "de estar siendo"(no sé si me explico).
Este escalón se me abría en un abanico, no proporcionado, de asuntos escalofriantes que debía comprender, trabajar y superar... pero madre mía. Se dividían en cuatro, pero tres de ellos no ocupaban ni el 15% del abanico. Desde que llegué a Barcelona, prácticamente, entró en mi vida una persona que reventó de mi toda estabilidad.

Quiero decir que no me considero nadie para juzgar a nadie, y mucho menos a esta persona que traté únicamente desde el 7 de julio hasta el 7 de diciembre de este año pasado, 5 meses justos. Imposible creerme en posición de juzgarla a pesar de todo, pero no puedo evitar la idea de que dejó de ella misma en mí.
No empatizaba, no compartía la alegría de los demás, ensuciaba para brillar ella y mentía minuto a minuto sobre todo lo que tuviera que ver con ella. Siempre todo por y para ella.
Me encontré con una de las pocas personas más tóxicas, más injustas y más ruin que he conocido. Era injusta y mala persona.
He trabajado durante 5 meses con una persona que poco corazón tenía.
No dudo en que algo tenga, y le deseo realmente que sea feliz, que lo consiga, pero no quiero volver a cruzarme con ella en un momento que dure más de 1 minuto.

Diariamente me he preguntado mil veces a la hora, qué era lo que tenía que aprender de esa situación, y cómo superarla.
Finalmente el escalón lo subí, no del todo, pero lo subí. Cuando ella por fin dejó su puesto de trabajo, y después de una breve transición, fue entonces cuando ya pasé al siguiente, que es en el que me encuentro.

Este cambio en mi vida fue el último del 2015, e hizo que finalizara el año sintiéndome aun más hipercargada de fuerza, confianza y motivación, y lo empecé igual.
A día de hoy no sabría decir a qué me enfrento en este escalón, porque estoy viviendo tranquilamente, con mi paso-a-paso, cumpliendo o intentándolo.
Mi alrededor es sano, no paro de aprender y aprender. Lo tóxico que pueda haber no ha podido conmigo hasta el momento. Quiero seguir así: pa'rriba!

Tengo que ser mejor, que se que no estoy siendo todo lo que puedo, pero paso-a-paso.


Sigo queriéndome.





M.

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